ACERCÁNDOSE A LA MENTE DEL ASESINO DE GÉNERO.

Para poder entender las sucesivas y crecientes muertes de mujeres a manos de sus parejas y ex-parejas es necesario comprender la mente del asesino.
El agresor cuando consuma el asesinato está generalmente, a excepción de los asesinos psicópatas, inmerso en un estado dominado por varias emociones. Veamos cuales:
- La rabia. Generada por la creencia absoluta de que su pareja quiere abandolarlo, le miente, le es o le quiere ser infiel. Celopatía. Ideación paranoide. Suspicacia. Hipervigilancia. Control férreo.
- La frustración y la impotencia. Incapacidad para gestionar sus temores, sus miedos. Siente que no puede hacer nada para retener a su pareja y solo contempla la fuerza y la violencia como herramienta para conseguir sus metas. Baja tolerancia a la frustración. Déficit de habilidades sociales, pobre asertividad y dificultades en la comunicación.
- El Odio y el rencor. Poco a poco se van gestando. El agresor se radicaliza en sus pensamientos. No considera otra salida que no sea la venganza ante el abandono. Pierde la capacidad de empatizar con la víctima. Las creencias machistas de posesividad y dominancia responsables de fomentar la intolerancia, la frustración y el odio se activan e ingrementan. Ideación misógina. Rigidez mental. Sesgos cognitivos.

Cualquier estado se transforma en patológico en función de tres criterios:
- Intensidad. Fuerza con que la emoción es vivida por el sujeto.
- Frecuencia. Grado de aparición de la emoción a lo largo de un periodo temporal.
- Duración. Tiempo en que la emoción permanece activa en la consciencia del sujeto.

Este tipo de agresor mantiene estos indicadores en niveles máximos. Por tanto son estos estados los que deberían señalar la presencia de peligro y por tanto activar las medidas tanto preventivas como de intervención que eviten la agresión, dado que una persona en dicha situación/estado es claramente disfuncional en casi todas las áreas de la vida, viendose afectadas las AVD, las funciones cognitivas superiores, el rendimiento laboral, etc.
Otra medida preventiva podría basarse en un screening general temprano de la población por parte de las instituciones sociales y/o educativas basado en la detección de creencias machistas y misóginas, así como de la presencia de ciertas características de personalidad latentes en las personas que comenten este tipo de violencia. La aplicación generalizada de estas pruebas podría identificar a los sujetos potencialmente peligrosos sobre los que intervenir de manera preventiva sin necesidar de estigmatizar y preservando la intimidad y los derechos humanos y constitucionales.

No hay que olvidar que detrás de los estados emocionales antes descritos existe todo un conjunto de creencias machistas y misóginas que las alimentan.Un ejemplo son todas aquellas ideas que tienden a cosificar a las mujeres convirtiendolas en objetos sexuales. Este tipo de creencia infiere que la mujer puede ser utilizada por el hombre a su libre albedrío. Por tanto, cuando la mujer toma decisiones por su propia cuenta como la de poner fin a una relación, el machista recurre a su propia ley, dándose un choque entre la realidad externa o racional y la interna o irracional, no pudiendo resolverse sin violencia. Otra creencia irracional y misógina potencialmente asesina la encontramos en aquellos postulados que defienden que la mujer es implícitamente mala, falsa e indigna de confianza (creencia cuyas raices se encuentran en ciertos postulados de la religión judeo-cristiana y de otras emparentadas a esta). Estos pensamientos generan ideación paranoide, celopatía, deconfianza y violencia, e impiden que los hombres machistas se relacionen con el género femenino de manera igualitaria.

Estas son algunas reflexiones generales en forma de pinceladas con la pretensión de construir un debate en torno a una problemática extremadamente grave y compleja.


Fdo. Ignacio González
Psicólogo. Perito Judicial.
Máster en Psicología Clínica y Salud (UV).
Máster en Psicología Organizacional (COP-CV).
Psicólogo General Sanitario (GV)
Experto Docente CAP (UV)
Suficiencia Investigadora (UV)
Tesis Doctoral en Psicología Jurídica (UV) 
Colegiado en Valencia
grupopsico@cop.es
696102043


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