Ensayo sobre los celos.
Los celos: Artículo de Opinión.
Por Ignacio González Sarrió.
¿Qué son los celos?, ¿cómo nos afectan?, ¿se pueden controlar?, ¿porque existen personas con mayor tendencia a desarrollarlos que otras?, ¿cuales son las características de personalidad que hacen a una persona susceptible de ser celosa?, ¿afecta el esquema familiar en el que hemos vivido, en el posterior desarrollo de las celopatías?, ¿qué variables son las más decisivas en la aparición y modulación de la patología?, ¿Qué emociones están implícitas y subyacen a este trastorno?.
Por Ignacio González Sarrió.
¿Qué son los celos?, ¿cómo nos afectan?, ¿se pueden controlar?, ¿porque existen personas con mayor tendencia a desarrollarlos que otras?, ¿cuales son las características de personalidad que hacen a una persona susceptible de ser celosa?, ¿afecta el esquema familiar en el que hemos vivido, en el posterior desarrollo de las celopatías?, ¿qué variables son las más decisivas en la aparición y modulación de la patología?, ¿Qué emociones están implícitas y subyacen a este trastorno?.
Los
celos son un trastorno expresado en tres niveles; emocional, conductual y
cognitivo, los tres afectados en mayor o menor medida. Es por
tanto, un
trastorno de base cognitiva y de expresión afectivo -emocional y conductual.
Todo
celópata, tiene interiorizadas una serie de creencias e ideas des-adaptativas,
en relación al sexo opuesto y a las relaciones afectivas con este, esas
creencias, con base en la educación, el contexto familiar de origen, la
infancia y en las interacciones sociales cercanas, condicionan de manera muy
significativa la capacidad del individuo de contemplar a los demás (y a los hechos que se
suceden a su alrededor), de manera clara y objetiva. Por lo tanto,
son las mismas distorsiones de la realidad las que retroalimentan el complejo,
fomentando una estructura cognitiva patológica particular y la manifestación de
los sesgos
cognitivos.
De
manera que, este conjunto de pensamientos, ideas y creencias fuertemente
asentado y arraigado, se convierte en un filtro, a través del cual, el
individuo observa e interpreta los acontecimientos, respuestas y en general las
conductas y las relaciones de los demás y concretamente de su pareja.
Por
tanto, nos encontramos con un concepto del amor peculiar y altamente
patológico, asociado a ideas vinculadas a emociones displacenteras, tales como
la
desconfianza, el miedo, la inseguridad, todas ellas
relacionadas con la idea nuclear básica "el temor a ser engañado por su pareja", es decir,
el miedo a ser objeto de un engaño tramado por la persona con la
que comparte su vida y no llegar a ser consciente del mismo".
Este
temor tamiza de forma constante y transversal todo aquello que está relacionado
con el amor, las relaciones, etc y que da lugar a las particulares reacciones
de la persona celosa, tanto las emocionales como las conductuales.
Como
este temor “obsesivo y angustiante"
carece de base real, la persona celosa desarrolla un cuadro patológico de de
contenido paranoide
(paranoidismo), vinculado eso sí, a la relación afectivo-emocional
que está viviendo y manifestando abiertamente signos de suspicacia, susceptibilidad
y desconfianza.
Dicho
temor, limita sustancialmente al individuo, a causa del fuerte poder de intrusión que
poseen esos pensamientos e ideas y para poder mitigar los efectos perturbadores
que le generan, el/la celoso/a pone en práctica un control férreo sobre la otra
parte, creyendo que así podrá encontrar algún signo o indicio
que le lleve a confirmar sus temores y sus miedos, sin duda en este punto
podemos encontrar el nexo de unión con
las constelaciones familiares del paciente, es decir, con el modelo de crianza interiorizado
en su infancia, modelos familiares herméticos,
no permeables con el exterior, hostiles a inferencias, suspicaces
y tendentes a malinterpretar las acciones de los demás, modelos que inculcan
valores y creencias
machistas y en los que "la
dependencia emocional" es clave en el desarrollo de la
personalidad.
Son
frecuentes también
“los vínculos afectivos de apego ambivalentes” con las figuras
cuidadoras y también “los
vínculos inseguros”. Estos sistemas familiares fomentan la
inseguridad y la desconfianza en los demás, desarrollando autoconceptos y autoestimas
frágiles y dependientes.
De
manera que, el/la celoso/a, es una persona
insegura, dependiente, desconfiada y con baja autoestima.
Esta
fuerte inseguridad en sí mismo la traslada a su relación y a su pareja, siendo su mayor temor la pérdida de
la relación, en tanto en cuanto, esto supondría la desintegración
de la precaria seguridad
construida en torno a la relación de pareja.
Otro
de los aspectos observables, es la búsqueda constante para satisfacer los deseos narcisistas
egocéntricos, materializados y externalizados en la necesidad
de una
constante adulación, mediante la demanda incesante de muestras
de afecto y cariño, que si no son satisfechas se interpretarán como una "evidencia de la falta
de interés" y, por lo tanto, de la ocultación del interés por
una tercera persona.
En
este sentido y relacionado con esto último, encontramos que la persona celosa, teme la pérdida de su
estatus en relación a la persona amada, es decir, teme la pérdida de poder e
influencia sobre ella.
Todos
estos temores, más tarde o más temprano, conducirán a la persona celosa al
desarrollo de una “fuerte
inestabilidad emocional” de contenido neurótico (neuroticismo), este
neuroticismo, asociado a una visión de las relaciones humanas desde una
perspectiva instrumental o utilitaria
(en la que el objetivo de las relaciones afectivas son la satisfacción de las
propias necesidades) y sobre la que se construye el propio Yo
(autoconcepto), conducirán a su vez a la expresión de conductas agresivas
físicas y/o psicológicas.
Fdo.
Ignacio
González Sarrió.
Psicólogo.
otro elemento clave es el concepto de exclusividad referido a la persona amada, es decir, el convencimiento de que el otro/a le pertenece.
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